Las investigaciones en alimentación sugieren que quienes saben cocinar comen de forma más saludable. Se han hecho estudios que evalúan las habilidades culinarias y el consumo habitual de alimentos. En general, las personas que cocinan consumen más verduras y menos refrescos, aperitivos salados, dulces y productos precocinados.
En resumen, el saber cocinar podría ayudar a cumplir a diario y de forma más efectiva las guías y recomendaciones sobre alimentación saludable.
En la actualidad, los jóvenes de toda Europa tienen menos habilidades básicas en la cocina, lo que supone un factor limitante en su alimentación. Por tanto, incluir la cocina como una herramienta educativa en nuestro ciclo de Dietética mejorará las habilidades culinarias de nuestros alumnos y facilitará su tarea como técnicos, complementando sus conocimientos de nutrición y dietética. Además, de esta manera consumimos las hortalizas producidas en nuestro huerto. La semana pasada elaboramos en cocina platos fríos y rápidos pero muy completos nutricionalmente: Vichyssoise, tabulé, salmorejo de remolacha y empedrat de legumbres frías. Conocer estas preparaciones fáciles remediará la necesidad de utilizar alimentos procesados por falta de tiempo y previsión.